LANZAMIENTO VIRTUAL DEL LIBRO "LA INDEPENDENCIA DE GRECIA 1821-2021" DEL PROFESOR MIGUEL CASTILLO DIDIER

MIÉRCOLES 13 DE OCTUBRE 2021 A LAS 18:00 HORAS.

DOCUMENTAL - GUERRA GRECO ITALIANA 1940-41 ¿MISIÓN IMPOSIBLE? - LINK MES DE OCTUBRE 2021

 

 

 

La guerra greco-italiana (1940-1941) fue un conflicto armado que enfrentó al Reino de Grecia y al Reino de Italia durante el curso de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de los planes italianos, que presuponían una rápida rendición griega, los helenos lograron frenar con esfuerzo el ataque italiano y contraatacar, rechazando los avances italianos y tomando el sur de Albania, entonces bajo ocupación italiana. Los distintos intentos italianos de retomar la iniciativa y romper las defensas griegas fracasaron en el invierno y la primavera de 1941 y solo tras el ataque alemán a Grecia a comienzos de abril permitieron el avance final de las unidades italianas. Las relaciones entre los dos países en el periodo de entreguerras no habían sido buenas.1​ En 1923 ambas naciones se habían enfrentado en el incidente de Corfú, del que Mussolini salió humillado. 

 

La dependencia de Grecia del Mediterráneo y de la principal potencia de este, el Reino Unido, forzaba al país a seguir una política favorable a este, a veces en contra de Italia.​ Las finanzas griegas también se encontraban en gran parte en manos británicas. En 1935 Grecia participó en las sanciones impuestas a Italia por la Sociedad de Naciones, principalmente por sugerencia británica, a causa del ataque italiano a Etiopía.​ Más tarde, la ocupación italiana de Albania el 7 de abril de 1939 había disgustado a los griegos, que temían un avance italiano sobre Corfú y Creta.​ Dos días más tarde, Metaxas expresaba al embajador británico la decisión del Gobierno griego de no ceder ante una posible amenaza o agresión italiana, que desencadenaría una guerra total.

El 13 de abril de 1939, Grecia aceptó una garantía territorial anglo-francesa, temerosa de los planes de Mussolini. La garantía fue estrictamente unilateral, pero deseada por los griegos.​ Esto disgustó a los italianos, que en mayo se negaron a renovar el tratado de amistad firmado con Atenas en 1928.​ Los meses siguientes, las relaciones bilaterales empeoraron.

 

A finales de agosto, los italianos concentraron por sorpresa tropas en la frontera griega, trasladando cuatro de las cinco divisiones presentes en la Albania italiana. La fuerza aérea italiana cruzó frecuentemente la frontera. La rápida movilización griega fue caótica, pero sirvió de aprendizaje para la siguiente en el otoño de 1940.​ Las órdenes de Mussolini, que el 16 de agosto ordenó a Badoglio preparar un plan de ataque contra Grecia, eran contradictorias y cambiaban casi a diario. El plan italiano contemplaba la utilización de dieciocho a veinte divisiones, tres de protección de la frontera yugoslava, tres contra Ioánina y doce contra Salónica. El 11 de septiembre, sin embargo, Mussolini cambiaba nuevamente de parecer y cancelaba el proyecto de atacar Grecia.​ Temporalmente el objetivo de Mussolini pasó a ser el Reino de Yugoslavia.

 

A finales del verano de 1940, las relaciones entre los dos países volvieron a tensarse. A las 8:30 a.m. del 15 de agosto de 1940, durante la celebración de la fiesta de la Asunción, importantísima fiesta griega, un submarino torpedeó el obsoleto crucero griego Helle en el puerto de la isla de Tinos, que había acudido a la celebración enviado por el Gobierno.​ Italianos y británicos se acusaron mutuamente del ataque; sólo en 1960 se supo, por confesión del antiguo gobernador italiano del Dodecaneso, que había sido ordenado por este. Los Gobiernos italiano y griego, sin ningún interés en un enfrentamiento, trataron de quitar importancia al ataque.

 

La decisión de atacar Grecia fue tomada por Mussolini por motivos políticos. Las razones eran diversas: contrarrestar el peso cada vez mayor de la Alemania nazi,​ con la que Italia había firmado el Pacto de Acero; reverdecer los laureles del Ejército italiano, de actuación mediocre durante la campaña de Francia en los Alpes Occidentales, y tal vez, conquistar bases en Grecia y en sus islas para reducir la presencia británica en el Mediterráneo. El anuncio el 12 de octubre desde Berlín del envío de una misión militar alemana para reorganizar el Ejército rumano y proteger las instalaciones petroleras de este país irritó a Mussolini, que sostenía que Hitler había vuelto a presentarle un hecho consumado y amenazaba con extender la hegemonía alemana a los Balcanes.​ El motivo principal del ataque en el otoño de 1940 fue pues el creciente entrometimiento de Alemania en lo que teóricamente era una zona de influencia reservada a Italia: los Balcanes.​ El envío de tropas alemanas a Rumanía en octubre, sin consulta previa con Mussolini, hizo que este se decidiese a reafirmar la preponderancia italiana en la zona mediante el sometimiento de Grecia.​ A pesar de la opinión contraria de los jefes del Estado Mayor italiano, la cúpula fascista consideró que el momento era propicio para el ataque.

 

El 28 de octubre, como había sido establecido, el embajador italiano le hizo llegar el ultimátum a Metaxas en su domicilio de Kifisiá, a las afueras de Atenas,​ a las 3:00 de la madrugada,​ dándole tres horas para aceptar o rechazar las exigencias italianas.​ El texto italiano, tras acusar a Grecia de infringir su neutralidad y haber apoyado a los británicos,​ exigía en términos vagos la ocupación inmediata de ciertos puntos estratégicos, que no especificaba.

Según la tradición griega, Metaxas habría respondido al embajador con un único y tajante «Oxi!» («¡No!»), respuesta que es recordada en Grecia cada año en el llamado «Día del No» (fiesta nacional griega).

 

FUENTE: PORTAL EN INTERNET DEL SITIO WEB EN ESPAÑOL ES.WIKIPEDIA.ORG/WIKI

 

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