PRESENCIA HELENICA EN CHILE

ELLADA STHN CILH

GREECE AND CHILE

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EXPOSICION "GRECIA: PRESENCIA DE LA ESCULTURA CLASICA"

Presentada por la Embajada de Grecia en Chile entre el 14 y 30 de abril de 1993 en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, con motivo de la celebración del Mes de Grecia


INTRODUCCION TECNICA

por Rómolo Trebbi del Trevigiano

Ya en el lejano período neolítico comienza el despertar de la creación artística en las islas del Mar Egeo. Será antes Chipre y luego vendrán los ceramistas de Cnosos en Creta, seguidos por los talladores de las estatuillas en mármol de las Cícladas. Entre los años 2800 y 1800 aC anónimos escultores cicládicos cantan loas a sus divinidades, estilizándolas en pequeñas figurillas que representan a la antiquísima Diosa de la Fertilidad -una mujer desnuda con los brazos cruzados, impasible-, ídolos que evocan estrañamente a un violín, cabezas esquematizadas -de un marcado "modernismo" por su vecindad con nuestro gusto- o un extraordinario tocador de arpa: todas ellas han sido despojadas de cualquier efecto naturalista.

Esta exposición de copias facsimilares, que ha sido organizada y donada por el Gobierno de Grecia, justamente comienza con algunas estatuillas cicládicas para continuar luego con el desarrollo de la "idea" de la figura humana en las nuevas interpretaciones del período arcaico. Ahora mediante la figura humana, que va acercándose a un cierto realismo idealizado, los griegos representan tanto a sus dioses como a sus héroes, pues así pueden comprenderlos teniendo sus mismas proporciones. La aplicación de tales proporciones se remontarían a un período anterior a Pitágoras y se regían por ritmos geométricos y matemáticos.

Cuatro obras representan el período arcaico (del 650 aC al 480 aC) y dichas transformaciones se manifiestan claramente en la Kore esculpida alrededor del año 530 aC y que se irguió antaño en la Acrópolis de Atenas destacando su elegante silueta de diseño preciso, esencial en la armónica composición. Pareciera que su escultor no tratara de imitar a la naturaleza en la precisión de la apariencia, sino captar su esencia, su verdad significante, para lo cual se avienen el esquematismo y la rigidez.

Pero en su rostro ya hay un atisbo de la desafiante "sonrisa arcaica". La otra Kore, esculpida cuarenta años después, el 490 aC, nos ilustra el camino conceptual recorrido hacia el realismo figurativo, contrastando con la lejanía "sentimental" de la otra Kore ya descrita. Ahora el escultor denuncia su mayor interés hacia los sentimientos de esta joven muchacha detallando más sus livianos ropajes y sus rasgos mientras que su postura sugiere el acto de caminar. Estos pasos evolutivos en el desarrollo de la forma llegan con el "Joven de Kritias" a un límite finísimo entre arcaismo y clasicismo. En su altivez persiste el esquema tradicional arcaico, mientras que en el verismo anatómico y en su postura mediativa se presentan ya los comienzos del clasicismo "severo". Diríamos que durante el siglo V aC se experimentan dos innovaciones: el cambio de la expresividad y la nueva postura con el desplazar la cadera, obteniendo un mayor movimiento. Se lo ha llamado "contrapposto".

En esta exposición ocho obras nos ilustran los tres momentos del largo período clásico: una para el período "severo" (480-440 aC); cinco para el clasicismo (440-390 aC), durante el cual trabajó uno de los más grandes genios del arte, Fidias. Fue este célebre escultor con su sensibilidad a revolucionar los esquemas de la plástica griega, apartándose el sensualismo del claro oscuro que animó la fuerte composición de los cuerpos de los dioses transformando así el mármol en carne y sangre.

No hay ninguna obra de Fidias en esta exposición pero sí la "Victoria desatándose una sandalia", relieve del año 410 aC, que nos documenta plenamente las transformaciones profundas efectuadas por Fidias, siendo esta una obra de un posible alumno del gran maestro. El movimiento circular de la composición es acentuado por los pliegues del ropaje que se adhieren al cuerpo femenino sin revelarlo directamente, pero sugiriéndolo con sus transparencias de los claro - oscuros. Y si por "clasicismo" se entiende precisión, armonía y oficio, veamos entonces la hermosa estela funeraria de Igisó con una sirviente que le presenta un cofre abierto, pues esta obra ática, esculpida alrededor del año 400 aC, responde indudablemente a tales requisitos.

Otras cinco obras nos conducen al sucesivo momento creativo, llamado clasicismo tardío (390 - 320 aC), al tiempo de otro gran genio plástico, Praxíteles. Vemos así como durante el siglo IV aC el clasicismo ha perdido su interés en la abstracción analítica para buscar la expresividad de los sentimientos. Después del sensualismo expresado en las esculturas de la escuela de Fidias, hay una languidez latente en los cuerpos quebrados en las caderas por el "contraposto" como el "Joven atleta" de Eleusis o el célebre Hermes de Praxíteles, de cuyo conjunto escultórico aquí nos llega solamente el facsímil de la cabeza de Hermes. La influencia del maestro la encontramos en el "Efebo de Maratón" que perpetúa en su postura las normas compositivas y el gusto de la época ya presente al comienzo del siglo en el joven atleta de Eleusis, cerrando así este ciclo estético - formal en 325 aC, eso es al final del mismo siglo.

Sucesivamente, a causa de la expansión hacia oriente del mundo griego por las conquistas de Alejandro Magno, el arte se orientaliza y se universaliza originándose un fértil intercambio cultural con recepción y exportación de estilos y escuelas. Tres obras representan a este momento que es llamado "helenístico" (desde el 320 aC hasta los primeros tiempos de la era cristiana). Destacan el notable realismo anecdótico y natural de una risueña muchachita dedicada a la diosa Artemisa y el hermoso "torso de Afrodita" del Museo Arqueológico Nacional, obra que, si bien es copia tardía de una escultura clásica, reinterpreta en clave helenística las influencias de las escuelas de Fidias y Praxíteles, revelando un sensualismo más directo y natural que hace transformar a los dioses en seres humanos.


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