Desde hace algunos días se
encuentra en nuestro país, Petros Koutrakis,
Director del Centro de Estudios EPA - Harvard con
el fin de realizar una serie de charlas
relacionadas con la contaminación
intradomiciliaria entre las que destaca la que se
llevó a efecto este viernes 7 de 2001 en la Cámara
Chilena de la Construcción.
Cabe destacar que a mediados
de abril de este año la Comisión Nacional del
Medio Ambiente Región Metropolitana y
Koutrakis dieron a conocer un estudio conducido en
niños sobre el comportamiento de contaminantes en
el interior de viviendas en Santiago.
Dicho estudio estuvo destinado a
caracterizar la exposición de niños entre los 10 y
12 años a material particulado y gases. Fue
conducido por Conama RM y apoyado por la Escuela
de Salud Pública de Harvard.
Básicamente, consistió en un
seguimiento de varios meses para detectar la
exposición a material particulado fino de
diferentes tamaños (PM2.5, PM10, PM 2.5 -10)
además de gases (NO2 y O3), para la exposición que
los niños tenían en exteriores (fuera de sus
hogares), en interiores (dentro de sus hogares) y
la exposición personal (por medio de un monitor
que cada niño portó durante el estudio, que
intentó dar cuenta de lo respirado).
De acuerdo a las conclusiones del
estudio, el 60% del material particulado fino
(menor a 2,5 micrómetros) registrado dentro de las
casas tiene su origen en fuentes externas, cifra
que en el caso del material particulado grueso
(menor que 10 y mayor que 2,5 micrómetros) alcanza
un 15%.
Esto indica que existe una fuerte
correlación entre la exposición personal (lo que
se respira) y la contaminación extramuros con
respecto al material particulado fino, lo que
refleja el estado de saturación en que se
encuentra la RM en relación a este contaminante,
que, de acuerdo a su composición química, tiene al
sector transporte como su principal
contribuyente.
Del mismo modo, el Dióxido de
Nitrógeno (NO2) que se respira al interior de las
casas es muy similar al de la calle, lo que indica
también la importancia de fuentes externas de este
contaminante en términos de su exposición
personal.
Mientras los autores del estudio
esperaban que su investigación fuera
publicada y aceptada por la comunidad
científica, Koutrakis explicó los alcances del
estudio y su directa relación con la necesidad de
contar con una norma de PM 2,5 para el país.
¿Cómo evalúa la situación
de Santiago?
Creo que se ha hecho bastante en
estos cinco años, pero aún creo que es una ciudad
contaminada. Ciertamente está menos contaminada
que Sao Paulo y Ciudad de México, pero menos
limpia que Atenas. Y por supuesto mucho más limpia
que ciudades de la India y Asia.
Aún así, la contaminación del
aire en Santiago es muy preocupante desde el punto
de vista de la salud. Según las mediciones que se
hicieron a estos niños, las concentraciones de
material particulado eran 5 a 10 veces mayores a
las registradas en Estados Unidos.
¿Cuál es la relevancia
del estudio?
Esta investigación deja en claro
la necesidad de contar con una norma de PM 2,5 ya
que acá se demuestra que el problema de la
contaminación intramuros proviene también desde
fuera de la casa, en porcentajes importantes,
debido al transporte en primer lugar y también a
la industria, porque también hay que pensar en el
proceso de transformación de partículas en la
atmósfera.
Respecto a eso, ¿le
parecen adecuadas las normas sobre emisiones
atmosféricas que hay en Santiago?
Creo que son más altas de los que
deberían ser en algunos casos, lo cual está bien,
pero más importante es si la norma se cumple o si
se sobrepasa.
Además es necesario contar una
norma que sea acorde con su contenido químico, y
el PM de Santiago es muy tóxico, por tanto
requiere de medidas extras, porque el particulado
se mantiene mucho tiempo en la atmósfera...por eso
es que nosotros como escuela de Salud Pública
hemos recomendado que haya una norma de PM 2,5 en
Chile, porque Santiago es una de las pocas
ciudades del mundo que tiene una serie de datos
históricos y mediciones sobre este material tan
larga de 2,5 (doce años) y por razones de salud no
hay ninguna razón para no contar una norma.
¿Cuáles son los
fundamentos específicos que justifican la
elaboración de una norma de PM 2,5?
Porque es la fracción más tóxica
del material particulado, ya que proviene de los
procesos de combustión y además por el tamaño de
las partículas, capaces de penetrar hasta los
alvéolos pulmonares y que, por ende, tienen mayor
incidencia en la salud.
¿Cree que Chile está
preparado como para enfrentar una norma de PM 2,5
por el costo que esto implica?
Es que el costo en salud de la
población es mayor a la larga.
Sí, pero de acuerdo a
algunos sectores privados, Chile no tiene el
ingreso per capita que le permita instaurar dicha
norma, como sí lo tienen los Estados Unidos y
algunos países de la Unión Europea.
Ese fue el mismo argumento usado
por la industria de Estados Unidos y de Europa
hace 20 a 30 años cuando empezaron a dictarse las
primeras normas ambientales. Pero estas se
aplicarse de todos modos, se hicieron las
inversiones necesarias y ningún industrial está en
la quiebra.
Pero por ejemplo, si
tuviéramos norma de PM 2,5 ahora, la industria que
usa para sus calderas y procesos gas natural como
combustible la cumpliría?
Ahí se confunden dos cosas
fundamentales lo cual es un error muy común. Se
mezclan emisiones de chimeneas o fuentes
estacionarias, con lo que sucede en la atmósfera
tras una serie de reacciones fotoquímicas y que,
finalmente, es lo que la población respira.
El problema es que se puede
cumplir con la norma en la caldera, en el punto de
emisión, pero los gases que se emiten luego
reaccionan, generando material particulado
secundario, que está asociado directamente con
efectos en salud y que es lo que se respira
(inmisión).
¿Qué recomienda,
entonces?
Lo que yo recomiendo para Chile
es continuar en la línea en que se ha avanzado:
control de las emisiones, mejoramiento de
combustibles, autos con mejores tecnologías. En
resumen, tomar medidas de fondo para la
eliminación de las fuentes que originan el PM 2,5
y otros contaminantes perniciosos.
De todos los
contaminantes del aire de Santiago, ¿cuál es la
amenaza más dura?
El sector transporte,
principalmente con las emisiones del diesel, las
fundiciones de cobre, que tienen un impacto más
global.
Y de los componentes que
están presentes en el aire, ¿cuál es el que ataca
más gravemente la salud?
Este es un objeto de discusión
actualmente en los Estados Unidos. Muchas teorías
se inclinan por los metales que provienen de las
fundiciones y combustibles, y otros por el hollín
(carbón orgánico y elemental) Ambos tienen efectos
agudos y crónicos en cada caso, desde afecciones
respiratorias hasta ataques al corazón y
cáncer.
A lo que apuntan las normas es a
poder aumentar las expectativas de vida de la
población, tratando de eliminar estas fuentes.
¿En Estados Unidos como
se aborda el tema de la contaminación por PM 2,5
en los hogares?
No se hace. La jurisdicción de la
EPA (Agencia de protección Ambiental) es el
monitoreo de la calidad ambiental general. Y ese
es el gran desafío para los próximos años.
(la Corte Suprema de los Estados
Unidos determinó a principios del 2001, tras un
juicio que se prolongó casi tres años y donde se
objetaba la capacidad de la Agencia de para
establecer un standard legal para PM 2,5, que la
decisión de esta Agencia de gobierno se ajustaba a
derecho de acuerdo a su mandato de protección de
la salud de la población).
Se dice por ahí que por
cada dólar que se invierte en contaminar se ahora
un dólar y medio en salud. ¿Hay una cifra mundial
que se pueda encontrar para ejemplificar el
beneficio económico de la descontaminación del
aire?
Depende del estudio económico
donde se haga la evaluación. Por ejemplo en
Estados Unidos no se usan índices de productividad
como en Europa, allá el método más común es la
calidad de vida expresada en años. Por ejemplo, si
le da un cáncer al pulmón a los 40 años y la
esperanza de vida es de 72 años, tiene una pérdida
de 32 años de vida.
La vida es un tema muy serio, no
se puede poner un precio a la vida. Lo que a veces
se considera son los gastos de salud en que se
incurre al tratar una enfermedad.
|
Petros
Koutrakis, Director del Centro de Estudios EPA -
Harvard. (Foto:
Newtenberg.COM) |
¿Quién debe pagar los
costos de descontaminar una ciudad?
Principalmente los
contribuyentes. Pero aquellos que más consumen
bienes, quienes más usan autos y quienes más
contaminan. Ellos deberían proveer del dinero o
los recursos para descontaminar.
Licenciado en Química de la
Universidad de Patras, en Grecia, con un Magíster
en Química Atmosférica y luego un Doctorado en
Química Ambiental de la Universidad de París, a
mediados de los ochenta, Petros Koutrakis tiene
más de quince años de experiencia en materias
ambientales. Sus principales intereses son el
estudio de la exposición humana a diversos
contaminantes, los efectos de la contaminación
ambiental e intradomiciliaria, la química
analítica ambiental y environmental
management.
Koutrakis ha sido el investigador
jefe de más de cincuenta proyectos en estos
campos, publicando numerosos artículos en
distintas revistas y libros científicos en todo el
mundo.
También se ha desempeñado como
investigador asociado de la Escuela de Salud
Pública de la Universidad de Harvard, e
investigador para el Centro de Políticas
Energéticas y Ambientales de la misma Institución.
Es miembro y consejero de diversas organizaciones
e instituciones relacionadas con la salud pública
y el medio ambiente, y ha sido director de medio
centenar de tesis doctorales.
Asimismo, ha combinado esas
labores con su trabajo como consultor
internacional en el tema de monitoreo ambiental y
de calidad del aire para Canadá, Brasil, la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), la
EPA, el Estado de California, Grecia y Chile.
Además ha patentado una serie de instrumentos y
métodos de monitoreo atmosférico durante la década
pasada.
Actualmente, Petros Koutrakis es
Profesor de Ciencias Ambientales y Director del
Laboratorio de Química Ambiental en la Escuela de
Salud Pública de Harvard y Editor en Jefe de la
Revista de la Air &Waste Management
Association. Desde 1999 dirige el Centro
EPA/Harvard sobre los efectos en salud de las
partículas
ambientales. |