GRECIA Y CHILE

Fuente:Bañados Placencia, Francisco, diario El Mercurio, Nº 60.626, p. D23, Santiago de Chile, domingo 21 de diciembre, 2003 (texto íntegro).

Zoy Katevas, la presidenta de la Cruz Roja chilena, tiene buenas razones para celebrar: fue elegida como única representante sudamericana en la mesa directiva de Ginebra, justo cuando la institución conmemora cien años de vida en el país. En el ocaso de su carrera, deberá afrontar el mayor de los desafíos.

Pocos pueden jactarse de llevar 50 años trabajando en la misma institución. ¿Cuántos de ellos pueden afirmar, además, que conservan el mismo interés del primer día?. Zoy Katevas de Sclabos, la presidenta de la Cruz Roja chilena, es una de esas raras excepciones. Con su impecable uniforme blanco, de pie y perfectamente erguida frente a la puerta de su oficina, podría pasar sin esfuerzo por la enfermera de un clásico de guerra del Séptimo Arte.

Esta hija de inmigrantes griegos tiene motivos de sobra para celebrar: justo cuando se cumplen cien años del nacimiento de la Cruz Roja en Chile, y cuando en lo personal se apresta a festejar medio siglo de servicio, fue elegida como uno de los cinco miembros de la Comisión Permanente del organismo con sede en Ginebra.

La posibilidad de asumir el cargo llegó justo cuando comenzaba a barajar la idea del retiro. La directiva de la Fundación de la Cruz Roja-Chile le propuso que compitiera por el puesto, y el presidente de la filial española le aseguró que tenía buenas posibilidades. Y aunque en la Cancillería chilena no había recursos para una campaña de este tipo, las conversaciones de pasillo de Katevas y su equipo con los delegados de países como Namibia, Túnez, Jamaica, Rusia, Emiratos Arabes, Grecia y Corea rindieron más frutos de lo esperado.

"Me quedaba un año como presidenta ... Este nuevo cargo dura cuatro, e implica una buena carga de trabajo, muchos viajes al extranjero y además, una tremenda responsabilidad a nivel de la Cruz Roja y la Medialuna Roja internacional (la variante musulmana de la organización). Pero yo estoy llena de ganas, tengo toda la energía y experiencia para hacerlos bien y, además, tengo excelente salud ... Tanto que la vicepresidenta siempre me reclama que no le doy oportunidades de subrogarme", bromea.

Zoy está orgullosa y no lo esconde. Por primera vez una chilena asumirá esta responsabilidad, a compartir con los representantes de Jordania, Canadá, Dinamarca y Francia. Deberá responder a las expectativas de los 177 delegados del mundo que apoyaron su candidatura, y a la vez velar por el cumplimiento de las resoluciones de la Conferencia Internacional de la Cruz Roja y Medialuna Roja, que se realizan cada cuatro años.

Otra de sus metas para el período es negociar el otorgamiento de un símbolo propio a los voluntarios de Israel, que no se identifican ni con la crus cristiana ni con la medialuna árabe. Posiblemente una estrella de David en rojo.

El camino de Zoy Katevas en la Cruz Roja chilena ha sido duro, pero gratificante. Antes de asumir la presidencia nacional en 1993, ya se había desempeñado como timonel de la filial San Miguel (1970-1978) y como directora del Servicio de Búsquedas (1986-1992).

A lo largo de su carrera le tocó prestar auxilio a las víctimas de los terremotos de 1960 y 1985, de decenas de inundaciones y aluviones e, incluso, a los detenidos del Estadio Nacional, en 1973.

Le correspondió encabezar misiones de ayuda humanitaria destinadas a recaudar fondos para víctimas de países en guerra o de catástrofes naturales, y de conducir una campaña a nivel de América y el Caribe para la eliminación de las minas antipersonales. Se desempeña como miembro de la junta de gobierno de la Federación Internacional de la Cruz Roja, y el año pasado fue expositora ante Naciones Unidas.

Pese a sus logros, Zoy reconoce que consagrar su vida al voluntariado en ocasiones le llevó a postergar a sus seres queridos.

"Mi familia siempre me ha apoyado y entendido que este trabajo implica mucha entrega. Mi mamá, que recién había enviudado cuando yo entré a la Cruz Roja -a los 17 años-, fue un respaldo súper grande. Ella era una griega a la antigua, un ama de casa fantástica que me ayudó a criar a mis hijos y que me dio tranquilidad para poder realizarme", confiesa.

Zoy está consciente de que le toca asumir el cargo de integrante de la Comisión Permanente en tiempos difíciles, en que la bandera albirroja es un símbolo mundialmente conocido, pero no siempre respetado. El atentado que sufrió hace 20 días la Cruz roja en Bagdad y que le costó la vida a 12 personas da fe que en las guerras actuales no hay códigos sagrados.

Pese a ello, la representante nacional no está de acuerdo con el retiro de los voluntarios de zonas de conflicto que ofrezcan pocas garantías.

"Tenemos una responsabilidad ética muy grande con los que sufren. Si no estamos allí, prestando ayuda humanitaria. ¿quién lo hará por nosotros?", agrega.

Asegura que, si se lo pidieran en Ginebra, no dudaría en partir "mañana mismo" a Irak o Agfanistán. Aún cuando asume que su marido -un médico que militó en la fuerza aérea griega durante la Segunda Guerra Mundial-, sus dos hijos y sus ocho nietos no estarían muy contentos con la idea.

Un viaje que sí dan por confirmado es el que Zoy tendrá que hacer el 28 de enero a Ginebra, cuando tome posesión de un cargo que la mantendrá muy ocupada durante los próximos cuatro años.

Advierte: "El cargo es reelegible, pero yo creo que con cuatro años me basta". Sus cercanos no están tan seguros y, por si acaso, ya le preparan una frase a la legendaria presidenta: "Zoy Katevas, si no te vas, te quedas".

El portal www.greciachile.cl ha recibido el siguiente comunicado de la Sra. Zoy Katevas:

"Deseo expresar mis agradecimientos al embajador Juan Martabit y todo el equipo de la Misión Diplomática en Ginebra,ya que realmente me apoyaron totalmente en esta elección.Y al día siguiente mientras estaba en el almuerzo en casa del embajador Martabit recibí un fax de la Ministra de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, la cual me felicitaba por el importante cargo al que fui electa".

"Mi alegría continuó cuando llegue a mi hogar a los 10 minutos recibí un jarrón precioso con unas flores mas hermosas aún y con una carta que realmente me emociono hasta las lágrimas del presidente Ricardo Lagos y una tarjeta de su señora Luisa Durán de Lagos".

CRUZ ROJA DE CHILE, 1930: Texto y foto correspondientes a una investigación periodística de don José Luis Granese, aparecida en el diario El Mercurio de Santiago, Nº 60.612, domingo 7 de diciembre del 2003, p. D36.

La Cruz Roja Chilena fue fundada el 18 de diciembre de 1903 en la ciudad de Punta Arenas, como "Cuerpo de Salvavidas" por iniciativa de don Vittorio Cuccuini Nanelli, inmigrante italiano. Ese día un grupo de chilenos y extranjeros acudió a una reunión, organizada por Vittorio, para crear una institución cuyo fin sería preparar personas para prestar primeros auxilios a los enfermos y trasladarlos con prontitud al hospital local. En la histórica sesión de diciembre participaron, además, Rosamel Garay, Antonio Gallardo, Justo Alarcón, Manuel Tangacis, Eusebio Rodríguez, Juan Barbeito y Carlos Younquet.

En esta fotografía de 1930, un grupo de alumnas del Curso de Enfermería, con sus trajes típicos, correspondientes a la filial de Punta Arenas, Comité Regional Magallanes y la Antártica Chilena. Esta imagen la envió Patricio Acosta Sansarricq, miembro de la Cruz Roja.